Rafael Santana defendió su nación con valentía, pero su esposa e hijo fueron atacados. Al volver, su esposa moribunda le pidió cuidar al niño. Él lo crió en secreto, pero el joven lo traicionó por poder. En su boda, Rafael descubrió que no era su verdadero hijo. Aun así, lo perdonó. Finalmente, el verdadero hijo apareció y la familia se reunió.