Linda Santos, quien pasó de ser una joven humilde de campo a presidenta del Grupo Santos, volvió a su pueblo por la demora en la construcción de la planta de frutas. Descubrió que todo se debía a personas malintencionadas que querían aprovecharse de la situación. Para investigar a fondo y acelerar el proyecto, ocultó su identidad e infiltró el pueblo, donde halló a alguien que usurpaba su nombre para obtener beneficios...