Alba Méndez salvó la vida de César Torres, el gran empresario, pero ese acto desencadenó una tragedia: un embarazo inesperado, piernas rotas y un parto prematuro. Ocho meses después, ella luchó por pagar el hospital de su hijo mientras él la buscaba desesperado, decidido a compensar cada lágrima con amor eterno.

Adrián Montes lo dio todo por la emperatriz Isabela Ortega y terminó despedazado como traidor. Descubrió demasiado tarde que nunca lo amó. Al abrir los ojos, regresó al pasado. Esta vez traicionó lazos, quemó afectos y se volvió implacable. Juró destruirla, conquistar el imperio y vengar su muerte con sangre.

Camila destruyó la familia de Valeria, usurpó su identidad y se casó con Alejandro. Obligó a Lucía, una muda, a ser su vientre de alquiler. Ignoraba que la muda era Valeria, quien volvía para vengarse. Camila tenía el rostro de Valeria, pero no el amor de Alejandro; él amaba el alma de Valeria. Al revelar sus planes homicidas, desencadenó un enfrentamiento a muerte por venganza.​

Leticia Hernández fue obligada por sus padres adoptivos a casarse, pero huyó y terminó como niñera de Leonardo Rivas en la Villa Las Acacias. Él, arrogante y orgulloso, creyó que ella lo amaba y nació una cadena de malentendidos tan dulces como dolorosos, hasta que entre juegos y traiciones surgió un amor imposible de ocultar.

Desesperada por dinero para salvar una vida, Emily aceptó ser madre subrogada y así conoció al doctor y magnate Thomas. Tras una noche de pasión, él quedó obsesionado con ella. Aunque empezó a enamorarse, Emily sabía que no pertenecía a su mundo... pero el destino, y todo lo que vivieron juntos, terminó por unirlos para siempre.

Bajo la pesada carga de un hermano menor atrapado en la adicción a las drogas y las deudas que agobiaban a su madre, la joven Ana Ferrero vivía días difíciles. En busca de un respiro, decidió firmar un contrato con su jefe, el presidente Bruno Díaz, iniciando una relación basada en el intercambio de intereses. Sin embargo, a medida que su relación se profundizaba, Ana descubrió con asombro que ella no era más que una sombra que sustituía a la exnovia de Bruno...

El heredero imperial Mateo perdió la memoria tras un ataque y fue adoptado. Cristina lo salvó de un peligro, pero su hermana Camila se hizo pasar por la salvadora. Al convertirse en emperador, Mateo se casó con Camila por error, pero al descubrir la verdad, se divorció y se casó con Cristina, quien finalmente se convirtió en emperatriz.

Ella fue acusada injustamente de asesinato y condenada a muerte. Su madre, decidida a salvarla, se dejó encarcelar en la misma prisión. A solo siete días de la ejecución, juntas iniciaron una fuga imposible. Muros impenetrables, guardias despiadados y enemigos ocultos. ¿Podrán madre e hija escapar antes de que el reloj marque su final?

En la escuela secundaria, Matías se enamoró a primera vista de Lucía. Durante los siguientes tres años, se dedicó incansablemente a ella, incluso a costa de abandonar su talento innato para los eSports, todo por la promesa de Lucía de estar juntos en su vigésimo cumpleaños. Sin embargo, en la fiesta de su cumpleaños, ella humilló a Matías y apareció con su novio, Tomás. Esto rompió por completo el corazón de Matías, quien finalmente decidió dejarla y comenzar una nueva etapa en su vida.

Bajo su apariencia frágil, ardía el deseo de venganza. Creció en el abismo como una flor de hielo afilada. Cuando aquel hombre cruel y seductor entró en su mundo, lo eligió como presa, sin imaginar que también caería en su red. Se amaron con furia, se hirieron con pasión, hasta romperse.

Vera Cordero despertó once años después de su muerte, en un mundo que creía ficticio. Sus tres hermanitos: Iván, Diego y Cris, ahora eran villanos destinados a morir miserablemente, según el guión original. Decidida a salvarlos, cortó los hilos del destino... sin notar que Max Salas, su antiguo rival, la observaba con una obsesión que trastocaba todos los planes.

Hugo Díaz, tras cinco años de perseguir a su diosa Petra Cruz y ser cruelmente rechazado, cerró su corazón al amor. Pero el destino lo llevó a salvar a Lucía Ruiz, una misteriosa heredera billonaria. Cuando Petra quiso recuperarlo, Lucía, con una sonrisa fría, le advirtió: "¡Sea quien seas, aléjate de mi hombre o te las verás conmigo…!"

A los dieciocho, Lola volvió con su familia, creyendo haber encontrado amor. Pero su hermana Ana la traicionó y terminó en prisión. Diez años después, al salir, fue abandonada y traicionada de nuevo. Por eso Lola partió al extranjero, dejando atrás el arrepentimiento de todos. Cinco años después, regresó como Alicia. La Lola débil había muerto.

Lily Gallego, una talentosa desarrolladora de IA, sacrificó todo por su suegra sin saber que su esposo, Diego, era millonario. Al descubrir su engaño, decidió divorciarse. Con el apoyo de Luis Vargas, CEO del Grupo Vargas, Lily retomó su carrera. Diego intentó sabotearla, pero ella demostró su talento y eligió un nuevo futuro con Luis.

Mateo Ríos, un genio de la ciberseguridad, fue traicionado por su discípulo y despedido injustamente. Él salvó a Valeria Luna de un ciberataque con su sistema secreto. Pero cuando el amor floreció entre ellos, los enemigos de Valeria intentaron destruirlos.

Hace tres años, Valeria fue traicionada por su padre y madrastra: cayó en prisión y quedó marcada con el Veneno del Corazón. Liberada antes de tiempo, irrumpió en el banquete de su padre y declaró la guerra. Cuando el veneno la consumió, eligió a Antonio en su desesperación; él la reconoció como su compañera de infancia y forjaron una alianza inesperada.

Lucía renunció a su carrera y se casó con la familia Salvatierra, pero su suegra Ramona jamás la aceptó y la humilló sin piedad. Su esposo, Andrés, siempre se mantuvo al margen. Hasta que un día Lucía cayó y casi perdió la vida junto con su bebé. Fue entonces cuando despertó y decidió romper esa jaula.

Camila Rojas, una actriz desconocida, y Sebastián Herrera, el arrogante CEO de Corporación Herrera, descubrieron que tenían un hijo de cuatro años. Para criarlo, se casaron por conveniencia, pero con el tiempo, Sebastián se enamoró de ella y comenzó a cortejarla con flores y cenas románticas.

El día de su cumpleaños 26, Juana Mendoza rompió con Luis Díaz y aceptó casarse con Lorenzo Soto, quien la amaba hace 10 años. Todo porque cuando su padre Roberto Mendoza sufrió un infarto, Luis llevó a todos los médicos para salvar a la hija alérgica de su ex, Diana Castro, provocando la muerte de Roberto.

Mariana fue humillada por su esposo y su suegra hasta forzarla al divorcio. Desesperada, salvó al magnate más poderoso y entró a su empresa. Allí descubrió que la joya que siempre llevó era la prueba de ser la hija perdida del millonario. Al desenmascarar a la falsa heredera, su ex familia volvió a atacarla, pero esta vez ella no se rindió.