Laura sufrió un golpe en la cabeza que la dejó con retraso mental. Al ver a su padre y a la niñera engañando a su madre, intentó contar la verdad, pero fue insultada y empujada. Otro golpe le devolvió la lucidez, pero fue diagnosticada con riesgo mental. Decidida a no ser más víctima, reveló toda la verdad y su madre, arrepentida, le pidió perdón.