El príncipe César y Amara, guerrera de Tauria, se amaron. Pero el emperador de Solia separó a los amantes con veneno y manipulación, forzando a Amara a ayudar a César a obtener el trono durante diez años. César creyó en su traición, mientras Héctor aprovechaba su dolor para acercarse a ella. Amara debía elegir entre amor y deber.