Daisy fue encerrada y subastada por su primera noche. En su momento más oscuro, el rey de la mafia, Arthur, la compró por mil millones. La liberó y la protegió cada vez que estuvo en peligro. Daisy se enamoró de él, pero descubrió que tal vez solo fue el reemplazo de otra chica que también amaba las margaritas.

Durante años la encerraron como a una loca, en una mansión húmeda y olvidada. La dieron por perdida. Pero en silencio, tejió su venganza. Salió, hermosa y peligrosa, y puso sus ojos en el hombre más poderoso. Lo sedujo con dulzura, sin que él supiera que todo era una trampa.

En su vida pasada, Lucía Delgado fue una concubina fracasada. Aunque acompañó a Javier Morales desde príncipe hasta emperador, él la traicionó y la dejó morir en prisión. Tras renacer, Lucía empezó a prepararse diez años antes: aprendió danza, seducción, abrió una taberna y tejió redes de poder. Esta vez, no amaría; conquistaría. Su meta: ser emperatriz.

Sofía se fugó antes de su boda. Su hermana Isabel tuvo que reemplazarla y desposar al poderoso señor Javier Pérez, de la élite de la capital. Javier, adicto al trabajo, viajó por negocios el primer día de casados. A Isabel este matrimonio le vino como anillo al dedo. Hasta que una noche, él rompió la distancia. Así, esta unión que comenzó por interés, finalmente se transformó en amor genuino.

Alina, heredera del Grupo Luján, se cruzó por accidente con Arturo Ríos, CEO del Grupo Ríos, durante una noche de copas. Aunque nunca se habían visto, estaban comprometidos. Alina huyó tras perder la virginidad sin ver su rostro. Él la buscó, ella descubrió su embarazo y, sin poder abortar, fue echada por su familia.

Julia fue asesinada por su familia, y esto despertó a Isaac, que la engañó y ocultó su plan: obtener su corazón para recuperar su poder, pero nunca imaginó enamorarse de ella. Cuando su magia se desvanecía, enfrentó una elección: matarla o morir él mismo por amor.

Después de ocho años de viudez, Lina Cruz compró un hombre. Justo en su noche de bodas, su difunto esposo regresó de la guerra. Al ver a los dos hombres en tensión, Lina tuvo una idea: ¡los tres vivirían juntos! Simón Vallejo y Damián Alarcón: ¡solo yo seré elegido!

Sofía Ruiz, representante del destino, fue rescatada por Julián del Río, con quien se casó y sacrificó su fertilidad por él. Tras siete años, él la traicionó al casarse con otra. Sofía, serena, solicitó el divorcio y recuperó todo su honor, mientras Julián perdió todo. Finalmente, Sofía encontró la felicidad junto al príncipe heredero.

Leandro ocultó su identidad y trabajó como taxista, donde tuvo un encuentro de una noche con la presidenta Isabela. Años después, se casaron; Leandro cuida a su hija y ayuda a revitalizar el grupo empresarial. Frente a disputas familiares y conspiraciones, Leandro y su padre millonario unieron fuerzas para defender con éxito a su familia y sus derechos.

Enrique Valenzuela fingió su muerte en batalla para proteger a Sofía Ríos, pero causó la masacre de tres mil soldados. Al descubrirse la verdad, su familia fue condenada. Fernando Delgado pidió la mano de Valeria Monterrosa para salvarla, sin saber que el amor ya habitaba tras los muros del palacio.